Friday, March 4, 2011

¿Ha comenzado la era de los señores computadoras?


Una computadora de IBM ha hecho pedazos a dos campeones humanos en el show de preguntas Jeopardy! ¿Se trata de un juego por la humanidad?




Yo, por mi parte, le doy la bienvenida a los nuevos señores computadoras”, bromeó Ken Jennings cuando él y Brad Rutter, quienes eran campeones mundiales hasta ese momento del show de preguntas “Jeopardy!”, fueron derrotados por Watson, un sistema robótico desarrollado por IBM.
 
¿Hemos realmente llegado a esto? ¿La humanidad está condenada a un estado servil, mientras que los robots van paulatinamente quitándonos el puesto de trabajo que se consideraba del dominio exclusivo de seres pensantes?
¿Una máquina puede pensar?
 
Esta pregunta ya se hizo hace más de 60 años, al inicio de la era de las computadoras electrónicas. Alan Turing, un informático pionero, propuso una prueba por la cual se podría juzgar si una máquina es inteligente. La prueba, la cual se conoce como Prueba de Turing, requiere básicamente que la máquina sea capaz de llevar a cabo una conversación (utilizando una interfaz de texto similar al sistema de chat para eliminar la posibilidad de que entren en consideración señales tales como apariencia física) que podría engañar a un juez humano, haciéndolo pensar que se trataba de un humano.
 
Aunque ésta prueba ha sido criticada en bases filosóficas y prácticas, se ha mantenido como un gran reto para aquellos que trabajan en el campo de inteligencia artificial (IA). Turing creía que la computadora sería capaz de pasar la prueba alrededor del año 2000, pero claramente la prueba parece ser más dura de lo que él pensó.
 
A pesar de décadas de esfuerzos de mucha gente muy inteligente, la meta está aún tan fuera de alcance como siempre lo ha estado. Este hecho sólo se ha clarificado aún más por un intento real de llevar a cabo el Test de Turing en la práctica. El Premio Loebner, patrocinado por un empresario sin antecedentes en ciencias de la computación, organiza una competición anual de los mejores programas conversadores, llamados chatbots, compitiendo entre ellos y contra una selección de seres humanos para competir por el precio del Más Humano.
 
Investigadores de IA comúnmente piensan que esta competencia es una farsa y una distracción. Aún los mejores chatbots están vacíos cuando los miras por dentro, utilizando varios trucos y reglas aproximadas para producir un diálogo verosímil pero esencialmente sin sentido. Al mismo tiempo, esfuerzos para producir programas de computadora que pueden realmente comprender un lenguaje y mostrar sentido común han hecho nada más que un progreso lento.
 
Ahora repentinamente un nuevo competidor ha aparecido en escena, lo que de hecho parece ser un posible candidato para el estatus de máquina pensante. ¿IBM lo la logrado finalmente? ¿Sus científicos han producido verdadera inteligencia artificial?
 
Watson no podría pasar o siquiera entrar al Test de Turing ya que no es un conversador. Sólo responde preguntas, una tras otra y no puede entrar en diálogo. Por lo tanto, tendríamos que dejar a un lado el estándar de Turing para juzgar inteligencia. Pero si viéramos el funcionamiento de Watson solamente en cuanto a sus propios méritos, ¿la máquina estaba pensando?
 
A pesar de todo el bombo que se dio tras la victoria de Watson en “Jeopardy!” en el encuentro televisado el 14, 15 y 16 de Febrero, la respuesta es: definitivamente no.
 
Sin duda alguna Watson representa un nuevo nivel de habilidad al responder a preguntas en un lenguaje natural, un problema notoriamente difícil para IA. El lenguaje humano está lleno de ambigüedad, palabras con significados múltiples, y el contexto tiene una gran influencia en el tipo de respuesta que se espera. Añadiendo a estas dificultades, las pistas de “Jeopardy!” involucran juegos de palabras ingeniosos que son muy difíciles para que una computadora pueda resolver.
 
Los investigadores de IBM que construyeron y programaron Watson deben ser elogiados por una verdadera proeza, combinando procesamiento sofisticado de grandes cantidades de datos textuales sin estructura obtenidos del Internet con métodos estadísticos y asociación poderosos que permiten que varios hechos y conceptos se relacionen entre sí. Han trabajado sobre los resultados de años de investigación de IA para conseguir tener un sistema de contestación a preguntas que es increíblemente capaz.
 
Pero Watson no piensa, al menos en el sentido usual de la palabra, y de la forma que Turing pretendió que fuera entendida. Watson no “comprende” el contenido de las preguntas ni sus propias respuestas. Funciona generando hipótesis aplicando técnicas de motores de búsqueda a las pistas y entonces decide cuál hipótesis tiene la más alta probabilidad de ser correcta. La falta de verdadera compresión de Watson es revelada ocasionalmente cuando comete un error básico tal como diciendo que “Toronto” es la respuesta a una pregunta cuya respuesta correcta es una ciudad en los Estados Unidos.
 
Watson es un logro excepcional. Y aún más importante, los métodos que fueron usados al programarlo no están específicamente ligados a la tarea de contestar a preguntas de trivia. Sería un proceso simple re-programarlo para que, por ejemplo, contestara preguntas de diagnosis médico. De hecho, IBM ya ha anunciado sus planes de trabajar con un hospital para desarrollar un asistente médico basado en la tecnología de Watson. Vienen a la mente rápidamente otras áreas de posible aplicación tales como asistentes de ventas o solución de problemas en computadoras.
 
Pero Watson es aún muy caro para su adopción generalizada en corto plazo. El sistema que fue usado para jugar “Jeopardy!” consiste de un clúster de 90 servidores de alto nivel en un estante del tamaño de diez refrigeradores, y debió haber costado fácilmente más de $10 millones de dólares americanos. Pero si los equipos de cómputo continúan su tendencia histórica de rendimiento incrementando constantemente por costo de unidad, podemos esperar que sistemas con capacidad similar sean asequibles para negocios de capacidad mediana en más o menos una década.
 
Cuando esto suceda, podemos esperar ver que muchas compañías intentarán utilizar este tipo de tecnología como si fuera un reemplazo de trabajadores humanos tales como empleados de ventas o personal de servicio de asistencia. Pero pienso que ellos, y aún más importante, sus clientes, verán que los resultados no son satisfactorios. Susan Feldman, una analista de la compañía consultora IDC, ha escrito intuitivamente,

Lo que Watson no es, es un sustituto de un ser humano. Contesta preguntas. Eso es para lo que ha sido diseñado, y en las áreas ricas en información tales como cuidado de la salud, finanzas, inteligencia del gobierno, o centros de atención de llamadas va a ser una bendición para trabajadores sobrecargados de trabajo que necesitan respuestas precisas y confiables. Pero Watson no puede entablar una conversación. No tiene experiencia de la realidad. No tiene emociones.

También es importante notar que Watson no tiene creatividad. No puede originar ideas por sí mismo. Si se le pregunta la solución a un problema, puede buscar y localizar una solución, sólo si alguien en algún lugar ya ha encontrado dicha solución. Pero no tiene la capacidad de ser original.
 
Esto significa que un papel más adecuado para Watson es el de un ayudante rápido y bien informado para especialistas humanos, ayudándolos a trabajar grandes volúmenes de hechos que serían muy abrumadores para cualquier persona de asimilar. Esto es un desarrollo con el que podemos soñar, no temer.
 
A fin de cuentas debemos tener bien claro que construimos computadoras y otras herramientas para ayudar a seres humanos a alcanzar sus metas, no a la inversa. La eficiencia y la reducción de costos son los medios, no el fin.
 
En el clásico de ciencia ficción “R.U.R.” acerca de un mundo dirigido por robots, se le pregunta al gerente general de la fábrica de robots que es lo que hace que alguien sea el mejor trabajador: ¿es honestidad, dedicación? “No”, responde, “es el que sea más barato.”

Pero en última instancia, trabajo y producción no se tratan de economía y hacer las cosas al menor costo. Son acerca de satisfacer necesidades humanas, una de las cuales es ser útil, ser creativo, participar en la gran tarea de ser administradores de la creación y hacer de la tierra un lugar mejor. Las computadoras no son todavía nuestros señores, o ni siquiera nuestros compañeros en esta empresa, y no parece probable que lo sean pronto.
 
Profesor Adjunto Bob Moniot enseña informática en la Universidad Fordham de Nueva York.
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Ésta es la traducción al español  de un artículo originamente publicado en MercatorNet: http://www.mercatornet.com/articles/view/has_the_age_of_computer_overlords_begun/

This is the Spanish translation  of an article first published in MercatorNet: http://www.mercatornet.com/articles/view/has_the_age_of_computer_overlords_begun/

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