Friday, April 29, 2011

Europa para las familias, familias para Europa

Vincenzina Santoro Martes, 19 de abril 2011
Los números más recientes muestran una alza en las tasas de fecundidad Europeas. ¿Es esto un signo de vitalidad renovadora del Mundo Viejo?




No es común sentir optimismo acerca de las familias en discusiones internacionales. Pero justo a tiempo para las vacaciones de Pascuas, la Unión Europea publicó una perspectiva sorprendentemente positiva de desarrollos de la población.

De acuerdo con el tercer “Reporte Demográfico”, la población de la UE ha rebasado los 500 millones, los Europeos tienen mayor longevidad, y lo más importante, la tasa de fecundidad ha ido aumentando desde el 2003.

Aunque los agoreros parecen haber olvidado anunciar el fin de una “escasez de natalidad”, los más recientes datos han mostrado un incremento en la tasa de fecundidad de 1.47 niños por mujer en el 2003 a 1.60 en el 2008-2009. Aún más, un aumento se notó en todos los países de la UE excepto por tres, Luxemburgo, Malta y Portugal. Los más altos crecimientos durante este periodo se dieron en cuatro de los países que eran parte del Bloque Soviético, los cuáles se encontraban entre los que tenían las tasas de fecundidad más bajas hace algunos años.

Las más altas tasas de fecundidad en el 2009 fueron registradas en Islandia con 2.23, el cuál es un país candidato a la UE y el único país Europeo que logra tener o sobre pasar el nivel de reemplazo de 2.1 niños por mujer; seguidos por Irlanda con 2.07, Francia con 2.00 y el Reino Unido con 1.96 (2008). En la parte más baja de la clasificación se encuentran Letonia (1.31), Hungría y Portugal (1.32) y Alemania (1.36). Portugal tiene el discutible honor de presenciar la más alta caída en fecundidad, un factor que puede haberse dado gracias a la adopción del aborto a petición en el 2007.

Los Europeos también están logrando mayor longevidad. La esperanza de vida al nacer en el 2008 fue de 82.4 para las mujeres y 76.4 para los hombres. Francia tuvo la más alta esperanza de vida entre las mujeres con 85.1, y Suecia logró la clasificación más alta para los hombres, con 79.4 años. Por los últimos 50 años, la esperanza de vida subió al rededor de 10 años para ambos sexos.

A pesar de la alta en fecundidad, el mayor contribuyente al crecimiento de la población en la UE ha sido la inmigración. Hasta el 2010 habían 32.4 millones de extranjeros viviendo en la UE-27, de los cuales 12.3 millones fueron ciudadanos de la UE viviendo entro país de la Unión. El país con el mayor número de extranjeros (7.1 millones) fue Alemania, mientras que Luxemburgo tuvo la proporción más alta de extranjeros (43%).

La población Europa con mayor longevidad y rápido envejecimiento ha creado nuevos retos para las familias y al mismo tiempo ha hecho que se preocupen los gobiernos y busquen con ansiedad por políticas efectivas que sean buenas para la familia. Para lidiar con estos asuntos, Hungría, país que actualmente ocupa la Presidencia de la Unión Europea, patrocinó recientemente una conferencia titulada “Europa para las familias, familias para Europa”, en la Academia de Ciencias de Hungría de Godolo, cerca de Budapest. La conferencia ofreció presentaciones de demógrafos, científicos sociales y otras personas eminentes, y concluyó con un “Festival de la Familia con Europa”.

El Primer Ministro de Hungría, Viktor Orbán, inauguró la conferencia el 1 de Abril con una sorprendente franqueza. Declaró que “Europa está perdiendo en la carrera demográfica de las civilizaciones más grandes” ya que su población está envejeciendo y reduciéndose.

“Llamemos las cosas por su nombre, nuestro hogar común, Europa, se está quedando detrás de otras grandes civilizaciones en esta carrera... La UE no debería construir su futuro sobre inmigración, al contrario, las familias y sociedades deben reproducirse, sin ayuda externa, para asegurar el balance a largo plazo y la cooperación pacífica”.

Las políticas acerca de la familia son una prerrogativa nacional pero la Unión Europea puede y toma acción legal a través del Parlamento Europeo para aprobar legislación que posteriormente es debatida en parlamentos nacionales. De hecho, hace algunos meses el Parlamento Europeo aprobó una licencia extendida “obligatoria” de maternidad.

El estatus actual de la política de la familia varía significativamente de un país Europeo a otro. El más generoso en cuanto a provisiones económicas por la familia son Francia y los países escandinavos. Estos países ofrecen amplios servicios de cuidado de niños, privados y públicos, y políticas generosas de maternidad y paternidad.

Dado el rotundo éxito del crecimiento de la esperanza de vida, no todos los ancianos tienen buena salud y muchos requieren asistencia de alguna forma u otra. Lo que surgió de la más reciente investigación demográfica Europa es que más de la mitad de todos los “cuidadores” son personas empleadas. Muchos de ellos, especialmente aquellos que se casaron ya mayores, cuidan de padres e hijos mientras que mantienen un empleo. Las políticas de licencias para la familia tendrán que ser más flexibles para permitir el cuidado de miembros de la familia, ambos, pequeños y ancianos.

La conferencia emitió una declaración en cuanto al balance de vida y trabajo. Probablemente, el punto más significante fue el siguiente:

“En varios países, es muy frecuente que las bajas tasas de fecundidad no reflejen las preferencias de tener hijos de las mujeres y hombres por muchas razones tales como situaciones económicas y sociales, desigualdad de género, y dificultad para conciliar la vida de trabajo, personal y familiar”.

Es cierto, las encuestas hechas hace algunos años por el Eurobarómetro acerca de la preferencia de hijos de las mujeres mostraron que la mayoría prefieren dos o tres niños. En cuanto al porque las mujeres no han estado teniendo el deseado número de niños, los encuestados enumeraron varios obstáculos que todavía deben resolverse.

El tema de la familia – en Europa y otros lugares – estará mucho más en primer plano en los siguientes años ya que es posible que la UE declare el 2014 como el Año Europeo de las Familias. En el pasado, se ha invertido mucho tiempo y esfuerzo en alguna u otra forma de “planeación familiar” - un esfuerzo que continúa en las Naciones Unidas. Lo que Europa y otras naciones desarrolladas necesitan hoy en día es un mayor énfasis en “planear familias”. La conferencia de Budapest fue un buen inicio, secundado por los datos y análisis del último “Reporte Demográfico” de la UE que dejan tanto que pensar.

Vincenzina Santoro es una economista internacional. Es la representante para las Naciones Unidas de la Asociación de la Familia Americana de Nueva York.

Este artículo es publicado por Vincenzina Santoro, y MercatorNet.com bajo la licencia de Creative Commons. Puede republicarlo o traducirlo sin costo con la atribución respectiva, para propósitos no comerciales de acuerdo con estas indicaciones. Si das clases en una universidad puedes pedir a tu departamento que haga una donación. Los medios de comunicación comercial deben contactarnos para permisos y costos. Algunos artículos en este sitio son publicados bajo términos diferentes.

Ésta es la traducción al español de un artículo originamente publicado en MercatorNet:

This is the Spanish translation of an article first published in MercatorNet: http://www.mercatornet.com/articles/view/europe_for_families_families_for_europe/

Thursday, April 21, 2011

El Rito

Ronan Wright | Miércoles, 13 de abril 2011

Esta película de suspenso sobrenatural no ha logrado exorcizar por completo a su clásico predecesor de los setentas.



El Rito

Dirigida por Mikael Håfström

Protagonizada por: Anthony Hopkins, Colin O'Donoghue

113 minutos

Basada en el libro El Rito de Matt Baglio, ésta es una película que desde el inicio iba a ser la película que no es El Exorcista. Pero las comparaciones son inevitables. El exorcismo es un tema que ya ha tenido su buena cantidad de encarnaciones cinematográficas: algunas pavorosas, algunas raras, otras chocantes y algunas otras simplemente ridículas.

Se ha dicho que el mejor truco que el diablo ha realizado en el mundo ha sido convencer a la gente que no existe. En el fondo, El Rito trata de la existencia del mal y de la lucha de un joven para entender su vocación a pesar de eso. O probablemente debido a eso.

Michael Kovak es un joven seminarista que no está seguro de lo que cree y tiene dudas acerca de su llamada al sacerdocio. Cuando se le envía a Roma para estudiar el antiguo rito del exorcismo bajo un programa especial instituido por el Vaticano, su mentor es un exorcista con gran experiencia, el Padre Lucas (Anthony Hopkins). El Padre Lucas habiendo hecho miles de exorcismos y con una fama de ser algo heterodoxo, es atraído hacia Michael porque reconoce algo de sí mismo en él.

La terquedad y dudas de Michael acerca de la eficacia del antiguo y controvertido rito le llevan a dudar del Padre Lucas y sus métodos, sospechando que la gente a quienes él trata, a pesar de estar claramente perturbados, “necesitan un psiquiatra no un cura”. Cuando Michael se encuentra con la periodista Angelina, quien también esta cursando los estudios de exorcismo como parte de una investigación para un artículo, lo convence de compartir sus experiencias con ella.

En su búsqueda por la verdad, Michael y Angelina esperan descubrir de una vez por todas si hay una explicación razonable y científica para las cosas aparentemente inexplicables que ven, o si realmente hay alguna causa sobrenatural más siniestra. A medida que su investigación se intensifica, se encuentran en mayores peligros y rápidamente descubren que “elegir no creer en el diablo no te protegerá de él”.

El Rito se coloca en la escala de terror-sobrenatural en algún punto entre el gran logro sobrenatural de El Exorcista de los setentas dirigida por William Friedkin, la cual probó los límites de buen gusto y decencia logrando ser prohibida en todos los países creyentes (y luego, en cierta forma irónicamente, fue añadida a la lista de películas recomendadas por el Vaticano, junto con !Que bello es vivir!) y la muy moderada película El Exorcismo de Emily Rose que mostró un drama legal, contraponiendo la ciencia y la fe, argumentando el hecho que en realidad la vida no es tan grandiosa si eres poseído.

En cuanto a la tradicional tendencia en terror de Hollywood, El Rito no hace nada especialmente nuevo, no está satisfecho con simplemente (y eficientemente) capturar una situación realmente horripilante en cámara, pero insiste en dramatizarla aún más con música ambiental y pistas con sonido que señalizan lo asustadizo. De esta forma, una escena inofensiva que aparentemente ofrece nada adverso, se convierte en “Arrgg, ¿qué es eso? Oh, es solamente un gato”.

Este tipo de truco se utiliza constantemente en Hollywood porque la audiencia está fundamentalmente pagando para asustarse y los estudios tienden a tomar la vía de “vamos a hacerlos saltar”. Esto es una pena porque es una evasiva que favorece el uso de reflejos, utilizando trucos baratos que nos hacen tirar las palomitas, a comparación del enfoque más sutil que favorece el “oye, ¿qué te parece si dormimos con las luces prendidas hoy?”

Un crítico dijo que el rito es un “fiesta de escalofríos pasada de moda” que no ofrece nada original o particularmente excitante para las audiencias conocedoras del género, lo cuál es un tanto acertado. Paranormal Activity, del 2007, realmente subió los niveles en cuanto a lo que da miedo y como asustar; la idea de poner cámaras de CCTV para grabar “eventos reales” con el estilo del Proyecto de la Bruja de Blair, el tipo de realismo de grabaciones encontradas, verdaderamente le llegó a la gente.

Dejando de lado unas cuantas convenciones del Hollywood de terror, el Padre Gary Thomas (en quien el personaje de Michael Kovak está basado libremente) elogió la película por mostrar el poder y la importancia de la fe en la batalla contra el mal en el mundo y estaba a la mano como consejero para el equipo de producción para ayudarles a capturar las escenas de exorcismos como deben ser. Fueron “muy precisos”, dijo, dejando un buen grado de licencia cinematográfica para hacer la película tan entretenida y accesible como fuera posible.

Al escribir eventos para su libro, parece ser que Baglio presenció más de 20 exorcismos que el Padre Thomas llevó a cabo, y sus experiencias durante todo el proceso de escribir el libro y durante su amistad ayudaron a Baglio a “re-conectar con la Iglesia y entender el valor de la fe”.

En una reciente entrevista con el Catholic Herald, Anthony Hopkins habló de como el no puede “vivir con la certeza” que los ateos parecen tener. “Me pregunto acerca de algunos de ellos: ¿porqué protestan tanto? ¿Cómo están tan seguros de lo que existe? ¿Y quién so yo para rechazar las creencias de tantos grandes filósofos y mártires de toda la historia?

Hablando de como sus propias creencias formaron su interpretación del Padre Lucas, Hopkins dijo que, como el personaje, no está seguro de lo que cree. “¡No se si creo en Dios, Santa Claus, o Campanilla! Pero si puedo sentir este arañazo de Dios y he sido lanzado de regreso desde la oscuridad hacia la luz”

Como se esperaba, El Rito está poseída por el espíritu de El Exorcista, pero Halfstom hace todo lo posible para exorcizarlo, logrando un balance entretenido entre una película de suspenso sobrenatural y una dramatización “basada en hechos reales”. Probablemente El Rito no convertirá a ningún ateo ni ganará ningún Óscar, pero demuestra el poder redentor de la fe y sugiere que en una cultura sin fe, la incertidumbre es frecuentemente el único absoluto.

Ronan Wright desde Belfast escribe acerca de películas en el blog Flimplicity.

Este artículo es publicado por Ronan Wright y MercatorNet.com bajo la licencia de Creative Commons. Puede republicarlo o traducirlo sin costo con la atribución respectiva, para propósitos no comerciales de acuerdo con estas indicaciones. Si das clases en una universidad puedes pedir a tu departamento que haga una donación. Los medios de comunicación comercial deben contactarnos para permisos y costos. Algunos artículos en este sitio son publicados bajo términos diferentes.

Ésta es la traducción al español de un artículo originamente publicado en MercatorNet:
http://www.mercatornet.com/articles/view/the_rite/

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Wednesday, April 13, 2011

¿Dónde está la alfombra de bienvenida?

Martyn Drakard | Miércoles, 6 de abril del 2011

La hostilidad y xenofobia europeas hacia los refugiados africanos deja perplejos a los africanos.



Al mismo tiempo que los aviones de la OTAN están haciendo respetar la zona de exclusión aérea en el cielo de Libia, y mientras que los dos presidentes luchan entre sí en Costa de Marfil, unos dramas se están llevando acabo en la tierra debajo: las vidas de innumerables refugiados y gente que ha sido sacada de sus hogares. Hay un refrán africano que dice: cuando dos elefantes se pelean, el que sufre es el pasto.

Yamusukro, la capital administrativa de Costa de Marfil, se ha derrumbado ante los soldados respaldando al presidente Alassane Ouattara, quien ha sido reconocido internacionalmente, pero los residentes de la capital financiera, Abiyán, principalmente territorio de Laurent Gbagbo, se están saliendo de la ciudad lo más pronto posible. Se estima que el número de los refugiados y gente que han sido desplazados de sus hogares es de 500,000 a un millón de personas. Algunos han escapado a sus casas en las aldeas – si se encuentran en una zona segura -, otros (trabajadores de las plantaciones de cocoa) se dirigen hacia sus países de origen y otros van a cualquier lugar donde puedan encontrar refugio y comida. El recinto de una iglesia católica se encuentra dando refugio a 30,000 personas.

Mientras tanto, la pequeña islia Italiana Lampedusa (con una población de 3,000 habitantes) está siendo inundada. Desde que los problemas de África del Norte comenzaron, más de 15,000 inmigrantes de Libia y Túnez han llegado a las costas de la isla, y más siguen llegando. Estos son los que tuvieron suficiente suerte para cruzar a salvo.

Desde hace poco tiempo, los pescadores de Lampedusa han cerrado con barricadas la entrada al puerto de la isla con balsas confiscadas de los previos inmigrantes ilegales para prevenir que enbarcaciones de más inmigrantes lleguen a la costa. Algunos sostenían un aviso pintado que decía “¡Suficiente – estamos llenos!” Los visitantes africanos han estado durmiendo en el frente del puerto o en tiendas de campaña en espacios abiertos. El Primer Ministro Italiano, Silvio Berlusconi, visitó la isla al inicio de esta semana, prometiendo que distribuiría víveres a los habitantes de la isla, y llevaría a los inmigrantes a Sicilia y al continente. Él vino dos semanas después de Marine Le Pen, la candidata presidencial francesa quien, fiel a los pasos de su padre, dijo que todos los inmigrantes deberían regresarse a África.

Las inhóspitas palabras de la Sra. Le Pen y la hostilidad de los pescadores de Lampedusan, aunque son representativas de los sentimientos de muchos europeos, contrastan con los sentimientos africanos con respecto a visitantes.

África no ha tenido otra opción más que acomodar a gente de países colindantes en llamas. Los últimos 40 o más años, Kenya ha tomado el papel de anfitrión a gente de Somalía, Uganda, Etiopía, Congo, Sudán, y Sudáfrica (durante el apartheid), a pesar de no tener suficientes recursos de vivienda y alimentos para sus propios ciudadanos. Uganda ha recibido a gente de Rwanda y Burundi, Sudán, Kenya, Congo, y recientemente, Somalía. Los países de África Occidental, con sus guerras de los Diamantes de Sangre en los noventas, tuvieron experiencias similares.

Las fronteras y hasta los puestos fronterizos son porosos en África. Cualquier persona con una cara negra y un poco de descaro puede atravesar sin ningún problema, sin papeles, molestias o largas filas. Las colas son para las embajadas occidentales que rechazan los visados de entrada a menos que los visitantes tengan una cuenta bancaria con un saldo considerable en casa, y que luego se niegan a reembolsar los honorarios por las entrevistas.

Los países africanos no sólo son lo suficientemente pragmáticos para saber que necesitan conocimientos del extranjero, algunos como Rwanda y hasta cierto punto Sudáfrica, de hecho lo invitan a venir. Sudán del Sur probablemente hará lo mismo una vez que sea independiente. Ya hay decenas de millares de profesionales y empresarios de Kenya y Uganda que trabajan ahí. Los cruces sin fronteras son un beneficio para todos tarde o temprano.

Por ende, es difícil para los africanos, educados o no, entender por qué los países técnicamente desarrollados hacen que los visados sean tan difíciles de obtener. África le da la bienvenida a todos los visitantes, siempre y cuando contribuyan al país de algún modo. Y aún si no pueden contribuir, ya sea porque están enfermos, ancianos o son niños, la bondad y la compasión ganan.
Todos los africanos bien educados saben que la natalidad en todo el mundo occidental y muchas partes prósperas de Asia, se encuentra bajo el nivel de reemplazo, y que África tiene millones de jovenes energéticos que no tienen trabajo, pero estarían dispuestos a hacer cualquiera. ¿Cuál es el problema? Es cierto que algunos se quedarían en el extranjero. Se adaptarán a la diferente comida, clima, cultura y formas, convivencia social comparativamente fría y se convertirían en un activo para su nuevo país. Pero otros regresarán a casa mejor capacitados y con entusiasmo para emprender negocios y levantar instituciones.

Todo africano bien educado también sabe de las varias maniobras para mantener la población negra baja y mantenerla lejos: “su música es muy alta; no duermen hasta muy tarde; llevan cuchillos y se meten en peleas; viven de nuestros bienes a nuestro costo; son desordenados y sucios”. De hecho, muchísimo menos que la gente nativa de su nuevo país. ¡Y los africanos tienen muchos hijos!

Los países desarrollados deben escuchar a los africanos sin voz que gritan al occidente: si estuvieran en nuestra situación (y es gracias a nuestros recursos que no lo están), les daríamos la bienvenida. ¿Por qué no nos dan la bienvenida a nosotros?

Martyn Drakard escribe desde Kampala, en Uganda.

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http://www.mercatornet.com/articles/view/wheres_the_welcome_mat/

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Wednesday, April 6, 2011

¿Por qué la ONU no puede ser coherente?

Si el mundo está cambiando hacia la abolición de la pena de muerte, ¿porqué no también la abolición del aborto?

Italian President Giorgio Napolitano addresses the UN General Assembly
El derecho a la vida, abolición de la pena de muerte, niños en conflictos armados, eliminación de todo tipo de violencia contra la mujer, empoderamiento de la mujer y los derechos de la mujer: todos éstas causas son discutidas, analizadas y adoptadas por las Naciones Unidas. Aunque nunca se hace así, todas éstas causas deberían ser aplicadas también a las etapas iniciales de la vida.

Ya que la vida comienza en el momento de la concepción, el “derecho a la vida” - como se ha consagrado en el Artículo 3 de la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas – debe ser cuidado hasta el nacimiento. Los no nacidos son seres humanos en sus etapas iniciales de formación, en camino a alcanzar la plenitud de la vida en el nacimiento. El “interrumpir el embarazo” voluntariamente, como algunos países llaman al aborto, es pronunciar la “pena de muerte” a una vida humana en sus etapas iniciales deliberadamente. ¿No es esto una forma de “conflicto armado” contra un niño en proceso de desarrollo?

Los instrumentos abortivos son armas letales utilizadas contra la vida naciente, contra un ser completamente desarmado para resistir al invasor. ¿Qué situación puede ser más combativa, hostil y violenta que el aborto contra un niño por nacer y su madre?

Una mujer se encuentra indefensa, tendida sobre una cama, inconsciente, en un ambiente clínico de muerte, sometida a “violencia” física en la forma de una invasión corpórea para terminar la misión de fertilidad que se le confía solamente a la mujer. Ya que sólo la mujer puede dar vida, es testigo del horrible desmembramiento y terminación de la vida de un niño en desarrollo.

¿Puede una mujer realmente considerar esta “elección” como un “derecho” que la hace “poderosa”?

Cuando se descubren las estadísticas del aborto, pueden ser desconcertantes. Un artículo del Economist hace un año reveló que en China faltan más de 100 millones de niñas ya sea directamente por aborto o que su existencia fue terminada de formas inefables en el momento del nacimiento. Los datos más recientes del aborto revelaron que en la ciudad de Nueva York más del 40 por ciento de los embarazos son terminados voluntariamente. Las agencias de las Naciones Unidas tales como el Fondo de Población (UNFPA), hacen campañas sin cesar por el “aborto seguro” como la solución primaria de la mortalidad en la maternidad, mientras que al mismo tiempo nunca publican datos globales completos del aborto, y no se nos ocurra pedir datos de muertes en la maternidad en aquellos lugares donde el aborto es permitido “legalmente”.

Una frase acerca de la “vida” muy oportuno y significativo fue pronunciado por un Jefe de Estado recientemente en una declaración en la ONU. El 28 de marzo del 2011, el Presidente de Italia, Giorgio Napolitano, tomó la palabra en la Asamblea General. El Presidente dijo en su declaración: “Nuestra oposición a la pena de muerte se origina en nuestra bien establecida convicción del derecho a la vida” (La Delegación Italiana estuvo al frente en la adopción de la Asamblea General de las Naciones Unidas de una resolución en el 2007 pidiendo una moratoria en la ejecución en países donde la pena de muerte es permitida).

El Presidente italiano también dijo: “En el año 1700, el filósofo italiano Cesare Beccaria hizo una pregunta sencilla: '¿Alguien ha dado a otros alguna vez el derecho de quitarle su vida?'”

Tal vez podríamos cambiar la frase para que dijera en nuestros días: “¿Tiene una mujer realmente el 'derecho a elegir' para autorizar a un aborcionista le quite la vida a un niño no nacido?” En efecto, la experiencia en Italia nos da algo que pensar ya que Italia se ha vuelto una “nación que se ha alejado del aborto”.

Si somos una cohorte de naciones que aprueba el derecho a la vida consagrado en la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, y si nos acatamos por las leyes, la pena capital debería ser prohibida fundamentalmente por la aplicación de las leyes naturales – que se encuentra al origen de todas las leyes.

¿No ha llegado el momento para abortar el empoderamiento de la mujer a través del aborto?

Vincenzina Santoro es una economista internacional. Es la representante para las Naciones Unidas de la Asociación de la Familia Americana de Nueva York.

Este artículo es publicado por Vincenzina Santoro, y MercatorNet.com bajo la licencia de Creative Commons. Puede republicarlo o traducirlo sin costo con la atribución respectiva, para propósitos no comerciales de acuerdo con estas indicaciones. Si das clases en una universidad puedes pedir a tu departamento que haga una donación. Los medios de comunicación comercial deben contactarnos para permisos y costoAlgunos artículos en este sitio son publicados bajo términos diferentes.

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Friday, April 1, 2011

El enigma de la tolerancia intolerante

Michael Casey | Domingo, 27 Marzo 2011

¿Cómo es posible que las democracias liberales justifiquen la persecución de gente que utiliza crucifijos o se niegan a presidir en matrimonios del mismo sexo, y aún se consideran ser tolerantes?

Una de las características más enigmáticas de la sociedad occidental contemporánea es que los gobiernos estén preparados para actuar sin tolerancia en nombre de la tolerancia misma. El sociólogo australiano Michael Casey nos explica como ha sucedido esto.
* * * * *

MercatorNet: Ha escrito algo acerca del enigma de la “tolerancia intolerante”. ¿De qué se trata esto?

Casey: La tolerancia es algo esencial para cualquier tipo de vida en comunidad, especialmente en sociedades democráticas complejas. Originalmente era nada más que una práctica, una forma de vivir juntos y respetar la libertad de los demás. Pero ahora se ha convertido en un valor por sí mismo, tal vez sea el valor supremo. Sin duda, se encuentra entre los más altos de la lista cuando se pregunta a la gente que identifique los valores del occidente.

Pero para crear una sociedad tolerante, las democracias con más frecuencia tienen que hacer uso de la intolerancia. No se puede dudar que una sociedad decente debe protegerse a sí misma y a las minoridades vulnerables contra los grupos que se niegan a respetar los derechos de otra gente. Pero la tolerancia intolerante está dirigida contra grupos que en realidad respetan y defienden los derechos y libertades de los demás.

Por ejemplo, los cristianos son considerados como intolerantes porque aseguran que hay distinciones legítimas entre parejas que pueden y no pueden contraer matrimonio; por tener preferencia para dar empleo a gente que comparte su fe; y por defender los derechos de los no nacidos y personas con discapacidad. Intolerancia significa negarse a respetar los derechos de otros, pero en estos casos se ha extendido a algo que de ninguna forma es intolerancia: el derecho a negarse a validar elecciones con las que no estamos de acuerdo y decir que son incorrectas. La tolerancia intolerante significa validación forzada de ciertos valores y prácticas en el nombre de la tolerancia.

MercatorNet: ¿Cuándo se formó el concepto moderno de la tolerancia? ¿Quién consideras como el punto de referencia de la tolerancia en la historia occidental?

Casey: La fuente más antigua e importante es el escritor romano Lactancio (240 – 320 D.C.), miembro del séquito de Constantino y que tuvo una influencia significativa en el concepto de la tolerancia que Constantino practicó cuando llegó a ser Emperador. La mayor obra de Lactancio es las Instituciones divinas, que contiene lo que posiblemente sea la primer teoría bien desarrollada de tolerancia religiosa. Dice que la devoción religiosa es genuina sólo si es tomada con libertad. La coerción en asuntos religiosos debe ser rechazada porque contradice la naturaleza misma de la creencia religiosa. Sí hay un castigo por seguir una religión falsa, debe ser puesto solamente por Dios. En pocas palabras, el respeto por la religión requiere respeto por la libertad.

El tratado moderno más importante de la tolerancia es de John Rawls (1921-2002) de la Universidad de Harvard . Para Rawls, el estado debe ser “neutral” en cuando a las diferencias de valores, y debe dedicarse al proyecto de la creación y mantenimiento de una igualdad de libertad y justicia para que todos puedan vivir sus propias creencias. Esto suena bien, pero alcanzar esta meta, especialmente para los grupos que sufren discriminación, involucra inevitablemente que el estado supervise la sociedad cada vez más de cerca. La lógica es que las creencias “discriminatorias” son intolerantes porque cuando se llevan acabo transgreden los derechos de otras personas. Para preservar una sociedad tolerante, la libertad de la gente con creencias discriminatorias debe ser restringida. Por lo tanto el estado “neutral” se sitúa en la posición de aprobar o vetar valores, dependiendo si satisfacen o no los requerimientos actuales de tolerancia. Cada vez con mayor frecuencia, estos requerimientos catalogan a los cristianos ortodoxos como intolerantes.

Si ponemos a Lactancio y a Rawls de lado a lado podemos resaltar un punto importante. Hay una diferencia enorme entre la tolerancia que tiene su principio y fin en el respeto por la libertad (Lactancio), y la tolerancia que funciona como un medio para conseguir una visión de una sociedad buena o justa (Rawls). Usualmente, cuando la tolerancia se pone en el servicio de un proyecto en particular, como en el caso de Rawls, es cuando se produce intolerancia.
MercatorNet: La filosofía característica de nuestra era es relativismo. ¿Cómo afecta esto al concepto de tolerancia?
Casey: El relativismo parece considerar la tolerancia como algo esencial. Si los diferentes valores no son ni más ni menos que válidos equitativamente, y si la verdad - y por lo tanto el juicio entre valores – es imposible, la tolerancia se vuelve la única base de la vida social y política.

Pero esto es un hilo muy delgado sobre el cual se pueda construir una vida en comunidad. El temor no mencionado parece ser que estaremos muy pronto atacándonos unos a otros si cada uno de nosotros insiste en la verdad de nuestros propios valores sobre los de los demás, por lo tanto, tolerancia se convierte en un artículo de fe que se sobrepone a todos los otros valores. Por el bien de la armonía social, cada persona debe creer en esto, y de ser necesario, debe ser forzada. Naturalmente, esta tarea le pertenece al estado.

El relativismo refuerza el mito de que en una sociedad tolerante el estado es neutral ante valores diferentes. Pero la vida no se vive en neutralidad. Cuando el relativismo es lo que da forma a la vida moral de la sociedad, cualquier actividad consensual entre adultos que no viola la ley se convierte en un “derecho” que no puede ser resistido, sin importar los efectos destructivos que pueda tener para los individuos y la comunidad. No hay neutralidad cuando el bien no puede ser preferido sobre el mal. Si quieres una sociedad realmente tolerante necesitas que su base sea la verdad, no el relativismo.

MercatorNet: ¿Pero como es posible ser tolerante si crees en la verdad? ¿Si crees en la verdad, no es necesario discriminar a gente que no acepta “tu verdad”?

Casey: Esta forma de ver las cosas explica porque el relativismo es considerado como la única forma de filosofía moral para una democracia segura. Dada la abundancia de puntos de vista, valores y deseos conflictivos, y la firme insistencia por nuestra propia supremacía, la verdad parece no sólo ser inverosímil si no también tiránica. Según lo que se dice, cuando la verdad prevalece, reduce la existencia, restringe las posibilidades de conocimiento, y limita la libertad y autonomía. Sus ideas de “bien y mal”, “verdadero y falso”, causan división e intolerancia.

El camino a seguir es moverse de una insistencia obstinada de que no hay algo tal como la verdad, o de que es peligrosa, a conceder que tal vez es posible la verdad y que se encuentra accesible para nosotros, y que todos la estamos buscando, cada quien a su propia manera.

Conceder la posibilidad de la verdad, y de que todos nosotros compartimos el deseo de encontrarla y de vivir bajo su luz, cambia la situación por completo. No se pierde nada de la diversidad, discrepancia, escepticismo y controversia, pero son ahora re-ubicadas dentro un camino común, lo cuál hace que la confianza, apertura y respeto por los demás dentro de nuestros diferentes compromisos morales sean más fuertes y sencillos. Esto es lo que realmente significa la tolerancia.

La verdad no es una respuesta dentro de una caja y no es una estaca. Es el despliegue de la realidad en la cuál cada uno de nosotros se encuentra. A donde quiera que nuestra búsqueda de la verdad nos lleve, la aceptación común de que la verdad es lo que todos estamos buscando, cambia el juego. Nos saca del callejón sin salida de la tolerancia intolerante.

MercatorNet: Un elemento clave de su crítica, es el “decisionismo”. ¿Qué es esto? ¿Cómo degrada a la tolerancia?

Casey: El decisionismo es una palabra fea para expresar una idea empobrecida de la autoridad. En su forma más simple significa que, en la ausencia de la verdad, la autoridad se deriva solamente de la decisión para afirmar un conjunto de valores sobre todos los demás. Coincide con el relativismo en que no hay valores que sean universalmente verdaderos, pero rechaza completamente la conclusión del relativismo que dice que por lo tanto todos los valores deben ser tratados como nada más y nada menos que equitativamente válidos. El decisionismo es una “solución” al relativismo en la cuál la decisión – un acto de la voluntad – toma el lugar de la verdad para justificar un conjunto de valores como supremos sobre los otros.

En la forma en que la mayoría de los gobiernos occidentales funcional actualmente, la decisión podría ser por mayoría de votos o impuesta por cortes o departamentos de gobierno. Pero siempre y cuando se siga el procedimiento correcto, la decisión debe ser cumplida. Será justificada utilizando el lenguaje de la justicia, los derechos y hasta la verdad, pero la decisión es lo que cuenta y hasta cierto punto determina lo que es “justo” y “verdadero” (o “tolerante”) en cualquier caso particular.

En ausencia de la verdad es el éxito lo que valida, y una decisión es exitosa solamente si es la palabra final en un asunto para todos. Si todavía hay objeciones, especialmente por convicciones filosóficas o religiosas que rechazan el relativismo y abogan por la verdad, se cuestiona toda la situación.

Por lo tanto, si los cristianos (por decir un ejemplo) continúan poniendo objeciones a ciertas decisiones en defensa de la dignidad y libertad del ser humano, en defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, en defensa del matrimonio y la familia natural, y en defensa de la libertad de religión, consciencia, derechos humanos y justicia social, se debe actuar contra ellos para hacer cumplir lo que requiere la “sociedad tolerante”. Los problemas que el relativismo y el decisionismo causan para una tolerancia genuina explican porque terminamos en tolerancia intolerante.

MercatorNet: ¿Cómo podemos escapar de la tolerancia intolerante?

Casey: Nos equivocamos en la mayoría de las cosas cuando nos hemos equivocado en cuestiones acerca de la persona y la trascendencia. Cuando la tolerancia acaba tratando a la gente que respeta y defiende los derechos y libertades de otros como intolerantes, se necesita volver a poner las bases. Una forma de salvar la situación es anclar la tolerancia en la solidaridad.

La tolerancia, como hemos llegado a practicarla, asume un alejamiento entre nosotros. No hay un entendimiento moral común, y aún la idea de una naturaleza humana común es discutida. La única forma de resolver este conflicto de valores es a través de la afirmación de la voluntad. El relativismo que está a la base de tolerancia fomenta sospecha, desconfianza y temor en la gente. También fomenta la dureza y la presunción en imponer o defender las propias creencias contra la hostilidad de otros. La gente vive sola con sus convicciones atrincheradas o se juntan con gente que piensa de forma similar, ya sea agresivamente o a la defensiva.

La solidaridad corrige esto restableciendo la tolerancia en la verdad. Todo lo que tenemos que hacer es conceder que probablemente la verdad sea posible, y puede ser que sea una mejor base para nuestra vida juntos a comparación con el relativismo no cuestionado desde el que operamos actualmente.

La solidaridad asume que pertenecemos a una sola familia. Como en una buena familia, en lugar de simplemente aguantar a los demás con corazones endurecidos, deberíamos intentar aceptar unos a otros como amigos, y enriquecernos por la diversidad en lugar de soportarla de mala gana. La solidaridad trata a los seres humanos no como átomos aislados sino como personas que dependen de otros para su realización. Somos autónomos, pero nuestra autonomía está formada por reciprocidad; por nuestra habilidad para asumir libremente responsabilidad por los demás, no solamente por nosotros mismos.

La tolerancia intolerante ha originado la idea de enemistad con la vida democrática. La salida es remplazar esto con idea la que alienta la solidaridad; la idea de amistad.

Michael Casey es un sociólogo en el equipo del Arzobispo Católico de Sydney, y Profesor Adjunto en la Facultad de Filosofía y Teología de la Universidad de Notre Dame, Australia. Examina este asunto con más detalles en un artículo publicado en Solidarity.

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Ésta es la traducción al español de un artículo originamente publicado en MercatorNet:
http://www.mercatornet.com/articles/view/the_puzzle_of_intolerant_tolerance2/

This is the Spanish translation of an article first published in MercatorNet: http://www.mercatornet.com/articles/view/the_puzzle_of_intolerant_tolerance2/